domingo, 14 de septiembre de 2014

252521cid25255f009b01c5af3425252431b98850252524a7020dez7

¡ ay señor ¡


¡AY SEÑOR!

porque tú pediste paz,
la paz le doy que paz me llevo;
porque pediste amar
le dejo mis bendiciones...

que no hay mal estar por eso,
y si quieres que perdone
en verdad hoy te confieso
que perdonándole digo:
¡queda con Dios compañero!

Pero no quieras que olvide
el sentir como me siento,
porque sabes que lo quise
como ya querer no puedo,
y mi vida no era mía
¡se la entregué por completo!
sin pedirle nada a cambio
más que amor… y aún con eso,
me respondió con traiciones,
humillación, y desprecio.

la marcha por un sueño

La Marcha  por  un Sueño
"Pueblo, por la restauración moral, ¡a la carga! Pueblo por la derrota de la oligarquía, ¡a la carga! Pueblo por nuestra victoria, ¡a la carga!"  Jorge Eliecer Gaitán

Este día  fue  algo inesperado para  mi, aunque con temor  y dudas  de  lo que  llegara  a  pesar  me  arriesgue  a marchar, pero con orgullo y  valentía lo hice.
Es difícil imaginar un origen más  humilde como el de  miles  de  personas que  se  encontraban allí,  clamando con banderas blancas personajes de  tiempos  pasados que se  hicieron presentes y que  con  gritos  de  esperanza los  recordaron, luchando así mismo por  conseguir  la  tan anhelada  paz, esa  paz  que fue  arrebatada como ese  recién nacido a  su progenitora, esa  lucha que  personas tienen  que  vivir  a  diario; sudor, sangre, y  lagrimas  es  poco comparado con esta cruda  realidad, incluso ellos  sienten que  están viviendo una  pesadilla  de  cual quisieran despertar.
Un hecho de vida  que podría  resumir  todo esto, fue  el de  una  pequeña  tribu indígena  colombiana llamada Los Nasa, habitantes del Departamento del Cauca al sur occidente  Colombiano, marchando por el derecho a la libertad y a la vida, por  el derecho al respeto de sus creencias y sus territorios.
Con la  mirada baja, y  lleno de  temor un señor de unos aproximadamente  40 años me  hablaba  de la importancia  del extracto de la hoja de Coca y los beneficios tanto económicos como médicos para su tribu, pero que  a  causa del Conflicto Armado Colombiano y de la fumigación en contra  de  la  Amapola destruían sus campos dejando estas tierras infértiles e inservibles para la siembra de la hoja  de  Coca. Me  hablaba  también de  como la  guerrilla  destruía  sus casas y como los obligaban a salir de sus territorios llenos de tranquilidad y esperanza, al contar esto sus ojos se llenaron de  lagrimas al recordar esto. Pude sentir  esa sensación humana  en la  cual una persona  le  abre el corazón a uno y con las más sinceras palabras me  hizo sentir que  lo problemas en el diario vivir no eran nada comparado con lo que él me  contaba.
Hoy más que  nunca  no dejé de  pensar en ese 9 de abril del 2013, aquella fecha donde  la voz  del pueblo, la  voz  más  humana se hizo presente, presente  por la  lucha  de una  esperanza, un mejor futuro, un mejor mañana, no solo por  mi, sino por  esos pequeños seres pensantes que  serán el futuro de Colombia.